Jueves, 8 de febrero
Toda la providencia es un deseo de servir.
Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;
Donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.
Sé el que apartó del camino la piedra,
el odio de los corazones,
y las dificultades del problema….
Qué triste sería el mundo, si todo él estuviera hecho;
si no hubiera un rosal que plantar,
una empresa que emprender…
El servir no es una faena de esclavos inferiores.
Dios que es el fruto y la luz, sirve
¡Pudiera llamarse: “el que sirve”!
Él tiene sus ojos en nuestras manos
y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy? ¿a quién?
¿al árbol? ¿a tu hermana?¿a tu madre?...
(Gabriela Mistral)
Juntos podemos acabar rezando un PADRENUESTRO
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